1/5/11

EL VALOR DE LA SIMPLICIDAD

El discípulo vivía con su mentor espiritual. Un día le comentó:
  -Venerable maestro, me gustaría hacer cosas muy importantes, muy trascendentes.
  -Bien, bien...- respondío el maestro, así como si no lo oyera-. Ya las harás. Ahora lava los platos.
Cuando el discípulo acabó de hacerlo, el maestro dijo:
  -Barre el patio.
El patio quedo reluciente como un espejo y el maestro ordenó:
  -Ve a recoger los escrementos de la vaca para preparar el fuego.
Así lo hizo el discípulo, y a continuación el maestro le dijo:
  -Prepara la cena
Una vez hubieron cenado, el maestro dijo:
-Lava los platos.
El discípulo lavó los platos y luego, muy compungido, se lamentó:
- ¡Pués si que estamos bien! ¿ Y dónde están las cosas relevantes, trascendentes?
- ¿Te parece poco relevante lo que has hecho?- preguntó el maestro, y agregó:- Aparentemente son cosas pequeñas, pero no por ello dejan de ser importantes. Y además, si haces bien las cosas pequeñas, también harás bien las grandes y trascendentes cuando lleguen. Anda, prepara ahora una taza de té.

Extraído del libro "Cuentos de los grandes maestros espirituales" Ramiro A.Calle (2005)Ed.Oberón
Fotografía de http://www.mood.es/


Noelia Moreno Huerta

No hay comentarios: